Este galardón, de nueva creación, busca reconocer la capacidad de los largometrajes para servir como recurso educativo difundiendo valores en niños y adolescentes
La Premio Nobel de la Paz y activista de los Derechos Humanos en Guatemala, Rigoberta Menchú, ha confirmado su asistencia a la tercera edición de los Premios PLATINO. Una destacada presencia en la gala que tendrá lugar el 24 de julio en Punta del Este (Uruguay). Menchú subirá al escenario del nuevo Centro de Convenciones para hacer entrega del Premio de Cine y Educación en Valores, un reconocimiento que se entrega por primera vez en esta ceremonia y que busca reconocer los largometrajes que aúnen, trasmitan o introduzcan valores sociales y humanos básicos para la sociedad en su conjunto y que sirvan como recurso educativo para niños y adolescentes.
El galardón se ha creado este año gracias al apoyo de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, www.fad.es), una iniciativa que va acompañada de un programa educativo basado en los mismos principios del premio con vocación de extenderse por toda América Latina. El éxito de la experiencia en España, donde cerca de 1,7 millones de estudiantes de Educación Primaria y Secundaria han ido a las salas de cine para consolidar valores como convivencia, tolerancia, respeto e integridad, ha animado a los organizadores a exportarlo al otro lado del Atlántico.
Con estas premisas, Rigoberta Menchú no ha dudado en apoyar este reconocimiento, como una de las líderes para la defensa de la igualdad social más destacadas a nivel mundial. Perteneciente a la etnia indígena k´iche´ en Guatemala, Menchú sufrió en su infancia y juventud la pobreza, discriminación racial y represión generada por una sociedad desigual. Durante la violencia armada perdió a su padre don Vicente Menchú en la quema de la Embajada de España, a su madre doña Juana Tum, quien fue secuestrada-desaparecida, y a su hermano Víctor quien fue asesinado por el Ejército de Guatemala.
Tras ello emprendió una revolución pacífica en denuncia del sistema guatemalteco por todo el mundo. Una labor que fue distinguida en 1992 con el Premio Nobel de la Paz y que le permitió ejercer de mediadora entre el Gobierno y la guerrilla. Su lucha por la justicia social y reconciliación etnocultural basada en el respeto de los derechos indígenas ha sido alabada por multitud de instituciones y organizaciones, al mismo tiempo que se ha labrado el respeto de los grandes líderes internacionales.
El Premio al Cine y Educación en Valores surge como parte natural del desarrollo que la FAD ha llevado a cabo desde 1995, año en el que empezó a usar el cine como herramienta educativa en la escuela dada su utilidad para prevenir riesgos sociales. La evaluación del programa ha mostrado una altísima valoración e interés del mismo por parte de profesores y alumnos.